Pratyahara: un viaje hacia el centro de tu ser

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Nunca antes en la historia habíamos estado tan expuestos a estímulos (redes sociales, televisión, anuncios en el metro, por la calle, etc…). Estos estímulos reclaman nuestra atención constantemente, de manera que cada vez somos menos capaces de mantenernos concentrados en una tarea.

La práctica diaria de meditación es el mejor antídoto ante esta dispersión, pero además el yoga nos ofrece otras herramientas para trabajar la concentración y el enfoque.
En este post voy a hablar sobre Pratyahara, el arte de controlar los sentidos. Se puede traducir como la capacidad de cerrar los sentidos a estímulos externos y retirarlos de los objetos.

Lo que logramos con Pratyahara es liberar la mente de los múltiples estímulos que recibe, trayendo a la misma un poco de calma y descanso.

Entre un estímulo y la reacción a dicho estímulo hay un espacio de tiempo. La idea es observar ese espacio de tiempo y hacerlo cada vez más largo. La ecuanimidad es la libertad de elegir la acción más inteligente, en vez de dejarnos llevar por las tendencias de la mente.

Pratyahara forma parte de los 8 pasos en el camino del yoga descritos en los yoga sutras de Patanjali. Este es un texto clásico, de en torno al siglo II, considerado la guía central de todas las escuelas de yoga.
Define el yoga como “el cese de las fluctuaciones de la mente”. Un viaje desde el pensamiento disperso, hacia un estado de calma meditativo, de profunda comprensión.

Patanjali hablaba de 8 pasos en el camino del yoga, siendo el quinto paso, pratyahara o retraimiento de los sentidos.

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En yoga, a los sentidos se les llama “Indriyas”, los compañeros de Indra. Indra es el rey de los dioses. Metafóricamente significa que nuestros sentidos nos pueden acercar a la divinidad si los utilizamos bien. Pero mal utilizados nos alejarán de lo divino y pueden hacernos perder el norte.

Cuando un sentido se ve afectado, el resto se ven afectados también. Cuando cierras tus ojos, los ojos interiores, la intuición se despierta. Te vuelves más consciente de tu piel, el tacto cobra más protagonismo, tu sentido del oído también se acrecienta…

Los cinco sentidos cognitivos (jñana indriya), nos traen información por medio de nuestros órganos sensoriales (ojos, oídos, nariz, lengua y piel). Esto es fundamental para desenvolvernos en la vida, el problema surge cuando nos apegamos a las sensaciones y nos dejamos llevar por ese mundo sensorial, sólo para terminar confundidos y agotados.

METAFORA DEL COCHE DE CABALLOS
En el yoga se utiliza una metáfora para explicar esto. El cuerpo es un carruaje tirado por 5 caballos que son los sentidos. El cochero, es la mente, que lleva las riendas de los sentidos. El pasajero, es el ser.

Los caballos, tiran del carruaje sobre el camino de los estímulos sensoriales. Si los caballos están mal entrenados, o el conductor es inexperto, el carruaje se desviará de su camino o de su destino final. En otras palabras, sin una mente disciplinada, sufrimos por las distracciones de nuestros sentidos sin control, igual que un cochero sufre por controlar a unos caballos que nunca fueron domados.

En lugar de decidir en qué quiero poner la atención y después hacerlo, la mente indisciplinada se deja llevar por los deseos y los hábitos de los sentidos. Y así nos pasa que de repente nos encontramos navegando por Facebook cuando habíamos encendido el ordenador para enviar un email o terminar un informe importante.

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Los sentidos sin entrenar, se aferran al placer del momento y no consideran nuestro bienestar a largo plazo.

“Así como el viento arrastra a un barco en el agua, así una mente guiada por los sentidos, arrastra a nuestro entendimiento”. Bhagavad Gita

¿Cómo poner control a este carruaje y a estos caballos?
La mayoría de las tradiciones espirituales, reconocen lo enormemente atractivo que resulta el mundo de los sentidos.
Algunas tradiciones, proponen soluciones algo drástricas como “Tapas”: austeridades, disciplina, tales como ayunos, celibatos, retiros de silencio…
Pero hay otras formas menos extremas que podemos poner en práctica. Se trata de hacer pequeños cambios en nuestro día a día. Se trata de ir entrenando el músculo de la mente.
Estas sugerencias pueden ayudar a aquietar la mente y controlar tus sentidos:

  • Meditación diaria: como la mente está muy dispersa, debemos entrenarla con un trabajo de enfoque y concentración.
  • A lo largo del día, toma varios descansos y observa tu respiración.
  • Momentos mindfulnes: aprovecha actividades que hagas de forma automática cada día, como ducharte, lavarte los dientes, cerrar tu casa con llave, o bajar las escaleras de tu casa, para llevar la mente al presente y tratar de vivir plenamente ese momento ayudándote de tus sentidos. Así iremos ejercitando el músculo de la atención.
  • Moderación en los placeres: practica el autodominio. No te tomes ese dulce que te apetece, haz esa tarea que llevas postponiendo desde hace días, trabaja el autodominio y la disciplina.
  • Ten tu casa y espacio recogidos para reducir distracciones. Si vas a trabajar, deja el móvil lejos y en silencio.
  • Haz listas: antes de encender el ordenador, o de ponerte a trabajar por la mañana, haz una lista de las tareas que quieres hacer. Empieza por las más importantes y menos agradables. Deja las más agradables para el final (subir posts o fotos a redes sociales).
  • Practica el silencio más a menudo, al menos un rato cada día. Si puedes, ves a algún retiro de silencio.
  • Compensa el aumento de distracciones mentales, con periodos de recogimiento y silencio, aunque sea salir a dar un paseo sola.
  • Pasa tiempo sola
  • Observa tu mente, y antes de reaccionar ante un estímulo, observa las sensaciones en tu cuerpo (ira, enfado… ¿dónde se manifiestan físicamente?), respira profundo, deja un espacio entre el estímulo y la respuesta, y sólo entonces responde si lo crees necesario. Trabaja la mente testigo, que observa desapegadamente. Si algo o alguien te saca de quicio, observa el porqué.
  • Educar los sentidos: ser más conscientes de lo que comemos.
  • Practica yoga varias veces a la semana

    La práctica de asanas y Pranayama despiertan una conciencia interna, y nos ayudan a desconectarnos y a volvernos hacia nuestro interior ¿cómo te sientes después de una clase de yoga?, notas tu mente más estable y menos propensa a dispersarse?

    El Pranayama ayuda a suspender la actividad natural de los sentidos. La mente se vuelve hacia el interior. Por eso muchas prácticas de Pratyahara comienzan con Pranayama, incorporando la conciencia de la respiración.

    Este replegar los sentidos hacia dentro y relajarse no son sinónimos de tener la mente en blanco, sino bien enfocada y controlada (el conductor del carruaje necesita estar atento).
    Los ejercicios de Pratyahara requieren concentración y de la capacidad de enfocarse en la experiencia del cuerpo desde una sensación interna.

         Espero que estos pequeños tips te ayuden a traer mayor conciencia y enfoque a tu mente. Tod@s tenemos un gran reto por delante, para no dejar que lo externo nos        haga perder el foco en lo realmente importante.

Namaste!

 

2 Respuestas a “Pratyahara: un viaje hacia el centro de tu ser

  1. Que maravilloso post, que bien explicado y con ejemplos y recomendaciones concretas 🙌

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